Esto de ver fotos en Instagram de gatos paseando con correa por parajes idílicos me hizo querer acostumbrar a mis gatas a las salidas a la naturaleza, así que al poco de tenerlas en casa, me puse manos a la obra, compré arnés y correa, y todos los días, he estado practicando con ellas y buscando información sobre cómo se deben sacar. Y al final, he decidido no sacarlas, y te voy a explicar porqué.

La principal razón por la que he decidido no sacar a mis gatas a pasear por el campo es que son miedosas, Goldie no tanto, pero Antas se asusta con muchísima facilidad ante lo desconocido. Cuando entra en casa alguien que no seamos la familia, o hay algún sonido que no conoce, Antas huye despavorida a esconderse, no hay manera de pararla. Lo de tener puesto el arnés no les gustaba nada de nada, por más que intentamos ir poniéndoselo por intervalos cortos, con premios, juegos… Y con la correa atada menos, un día en casa, practicando en la entrada, pasó un coche haciendo mucho ruido. La gata estuvo a punto de tirarme al suelo del tirón que le dio a la correa, se puso fatal la pobre, hasta temblaba, y eso me hizo empezar a pensar en que a lo mejor, podía no ser una buena idea.

¿Realmente mis gatas disfrutarían del paseo? Y yo, ¿también lo haría? ¿Necesitaban mis gatas salir a pasear con el arnés?

Tengo una casa de tres plantas, muy grande, ellas tienen escaleras por las que hacer ejercicio jugando a perseguirse; entran y salen libremente por casi todas las habitaciones (en mi dormitorio no, por mi alergia, pero las dejo que entren un ratito a cotillear de vez en cuando); tienen dos zonas en el exterior: un patio en el que tomar el sol y una terraza en el ático por la que pueden jugar, intentar cazar pajaritos, moscas y mosquitos… En casa somos cinco, salimos, entramos, todos interactuamos en algún momento del día con ellas, ya sea jugando, dándoles su comida, abriéndoles el grifo para que beban del chorrito, que les encanta; estudiando con ellas durmiendo a su lado, en el sofá por la noche viendo una serie de Netflix… Se tienen la una a la otra para poder jugar, para explorar por toda la casa…Es decir, tienen distracciones de sobra. No se aburren, y para colmo, son dos bengalís bastante tranquilas. 

¿Qué necesidad tengo yo de hacer que les pique el gusanillo de querer salir? Para sacarlas a las dos a la vez, no me fío de ir yo sola, tendría que venir otro conmigo (si ya es complicado buscar el momento para salir uno, imagina para que coincidamos dos), meterlas en el transportín o comprar una mochila (dos mochilas porque en una sola no caben las dos), salir en el coche, buscar un paraje tranquilo, donde no me vaya a encontrar con perros sueltos, donde sepa que no hayan echado algún herbicida o pesticida, o peor, veneno para las ratas, ponerles un collar antipulgas, tener cuidado con las plantas que vayan a mordisquear por si son venenosas para ellas y al volver, bañarlas o por lo menos cepillarlas para quitarles la tierra, o el polvo. ¡Pero si una de las ventajas que tienen los gatos sobre los perros es que no necesitas sacarlo!

Ojo, que entiendo perfectamente que el que tenga perro acostumbre a su gato a salir con él, da como penita llevarse a uno y al otro dejarlo en casa, con lo que se ve en los vídeos y fotos que disfrutan los michis que van con su arnés por en medio del campo. O si vives en un piso pequeño y ves que a tu gato le hace bien salir, explorar, experimentar nuevos lugares. O al que realmente le guste y tenga tiempo para ir los fines de semana a dar largas caminatas por la naturaleza, o viva rodeado de ella, pues claro que hace bien. Pero yo, que no tengo perro, y lo que salgo al campo es a hacer deporte y poco más, pues después de darle muchas vueltas, llegué a esa conclusión. Que no voy a sacarlas, las dejo en casa.

Y tú? ¿Estás contento con la decisión que tomaste de sacar a tu gato a pasear? ¿Eres como yo, que prefieres dejarlo en casa? Cuéntame, prometo contestarte lo antes posible, y si te ha gustado, dale al “me gusta” para hacérmelo saber. ¡Hasta la próxima!