A Linda, mi anterior gata, no nos hizo falta bañarla hasta que se hizo muy mayor, y entonces tuvimos que sedarla en el veterinario para ello, porque no fuimos capaces nosotros en casa. Para tratar la alergia aconsejan bañar a tu gato, para reducir el porcentaje de acumulación de alérgenos en su piel, mínimo una vez al mes. Así que lo tenía claro, tenía que acostumbrar a mis gatas al baño, porque no iba a estar sedándolas 12 veces al año en el veterinario. Hoy os contaré lo que estoy haciendo para que mis gatas cada vez lleven mejor el proceso del baño.
Y os preguntaréis: “para qué bañar a mi gato, si yo no tengo alergia?” Los gatos se bañan solos, sí, pero… qué pasa cuando ya es muy mayor, o está muy gordito, o las dos cosas; que no puede llegar a todo su cuerpo porque ya no es tan flexible y esas posturas de yoga que a veces duelen las cervicales, el lumbago y la ciática (todo a la vez) sólo de mirarlas, ya no las hace? Pues que si te gusta dormir con él, tenerlo en el sofá a tu lado y además le dejas salir todos los días al jardín a tomar el sol en el césped, necesitarás bañarlo; te lo digo por experiencia. También te puede pasar que se manche de algún líquido que sea peligroso para él al limpiarse; que se te escape y al volver, venga con pulgas… en fin, que hay muchas razones para las que es bueno que se acostumbren a que los bañen, aunque no les guste.
Si tu gato es pequeño, te resultará más fácil acostumbrarlo, pero con uno adulto, con mucha paciencia, también se puede. Yo las estoy bañando una vez al mes, por el tema de la alergia, pero la frecuencia del baño será la que tú estimes conveniente, siempre que no pase del año, más que nada para que no se le olvide al gato. La verdad es que se les nota un montón, el pelo lo tienen más suelto y mucho más brillante cuando los bañas. Yo estoy contenta con esta frecuencia, de momento, a lo mejor en verano, que hace más calor y estarán más tiempo en el patio, pasaremos a bañarlas cada 15 días.
En casa esperamos a que las gatas estuviesen totalmente adaptadas al nuevo hogar, y confiaran en nosotros. Antes, te decían que había que esperar a que los cachorros tuviesen ya completo su ciclo de vacunación, pero hoy en día los veterinarios afirman que, con que se les haya caído el cordón umbilical, no hay porqué esperar. Eso sí, hay que ser extremadamente cuidadoso con la temperatura, sobre todo con los cachorros. En nuestro caso, ellas ya estaban vacunadas, pero como tenían 4 meses la primera vez, y era invierno, tuvimos mucho cuidado con las corrientes y lo hicimos un día que hacía sol, para no tener que usar el secador y someterlas a doble estrés. Para la primera vez, me ayudó mi hijo, para hacerlo lo más rápido posible, y la verdad es que nos salió muy bien! Ellas lloraron y tengo que reconocer que no les gustó nada de nada, pero se dejaron. No les dimos opción ;), y ahora ya saben a lo que van cuando les toca, no les gusta, pero es como ir al veterinario, lloran un poquito pero al rato ya se les pasa.
Es importante también saber elegir el momento, si el gato está cansado, después de haber jugado, mucho mejor, suelen estar más tranquilos. Para cortarles las uñas procuro que estén cansadas, incluso a veces, medio dormidas. Me da dolor de corazón, cuando están tan agustito, empezando a dormirse, pero es lo mejor. Por cierto, hablando de uñas, córtaselas unos días antes de bañarlo, así no sufrirás algún que otro arañazo si se quiere escapar de ti.
Si tienes una ducha o bañera con mampara, de la que se cierra completamente, esa es perfecta, para que no se pueda escapar, porque, créeme, querrá salir. Si no la tienes, procura tener todo lo que vas a necesitar a mano y no olvides cerrar la puerta del baño.

Os cuento paso a paso lo que hago, antes de que llegue el momento. Hasta que no lo tengas todo preparado no metas a tu gato en el cuarto de baño.
- Si hace frío, pongo una estufa o radiador.
- Retiro botes, adornos, todo lo que pueda tirar, si intenta escaparse.
- Tengo a mano una toalla para secarla (las de microfibra, tipo bayeta van genial, porque absorben mucho más el agua)
- Coloco una toalla o alfombrilla en el suelo de la bañera para que no se resbale.
- Tengo champú para gatos (si pone para perros y gatos no vale, sólo para gatos)
- Lleno una tina o barreño con agua caliente (los gatos tiene mayor temperatura corporal que nosotros, por lo que si el agua sólo está templada, pasará frio) No uso el grifo delante de ellas porque el ruido del agua puede asustarlas.
- Uso un vaso grande de plástico (para echarle el agua poco a poco)
- Uso una manopla o esponja para la cabeza.
Cuando lo tengo todo preparado, cojo a la gata, la meto en el baño, y la dejo que curiosee un poco, y entonces, con el vaso, voy echándole agua por encima poco a poco mientras le voy hablando despacito. Del cuello para abajo; la cabeza sólo con una manopla húmeda, tienen los oídos muy sensibles y no es bueno que les entre agua.
Una vez que ya está mojada del todo, le pongo muy poquito champú y voy frotando. Las mías a estas alturas de la película ya están llorando, y no paran de moverse de un lado para otro, pero como mi ducha es completamente cerrada y no se pueden escapar, yo a lo mío. Si tu ducha o bañera es abierta, seguramente necesitarás que otra persona te ayude, no dejándolo salir, pero es preferible que lo deje moverse que tenerlo completamente sujeto, se pondría más nervioso.
Ya enjabonada, vuelvo a coger agua de la tina con el vaso y voy enjuagándolas. No meto a la gata dentro de la tina, no le gusta a ninguna de las dos, ellas no paran de intentar esconderse de mí las pobres; y además, no quiero que se me llene el agua de jabón, es para enjuagarlas solo.

Cuando ya no tienen nada de jabón, las seco con la toalla que he dejado a mano para que no pasen frío. Yo suelo tener dos, para cuando una ya está muy mojada, seguir con la otra. Luego, la llevo a una habitación en la que le da el sol, y ellas allí ya se dedican el resto de la mañana a secarse y a atusarse el pelo. Las baño por la mañana para que así, cuando llegue la noche, que bajan las temperaturas, estén secas. Prefiero no usar secador porque no les gusta mucho el ruido que hace, y como los bengalís tienen el pelo corto, no les hace tanta falta y les ahorro otro mal trago, pobrecitas.
Ah! y el último paso, super importante, es darles un premio, alguna chuche que les guste mucho, para que asocien que, a pesar del mal rato, siempre le va a seguir algo bueno.
Y eso es todo, os confieso que la primera vez me daba un poco de miedo, por si se me ponían farrucas y me quedaba en un “bañus interruptus”, pero la verdad es que me fue de maravilla. Y las siguientes veces, al tener ya más práctica, lo hice hasta más rápido, y aunque a estas dos dudo mucho de que les llegue a gustar nunca, por lo menos, no lo pasarán tan mal.
Y vosotros, tenéis algún truco que podáis enseñarme? Nunca habíais bañado a vuestro gato y queréis empezar a hacerlo y os han quedado dudas? Escríbeme, prometo contestarte lo antes posible, y si te ha gustado, dale al “me gusta”, para hacérmelo saber. Hasta la próxima!