La llegada del gato a casa

Cuando llegue el gatito, o gato ya adulto (sirve para ambos cuando llegan a un nuevo hogar), debes tenerlo en su habitación santuario al principio, es por su bien, que no te de cosilla dejarlo solo a ratos, él lo necesita. Si ves que se ha escondido no lo saques a la fuerza, ni estés justo al lado, mirándolo. Él necesita serenarse, ver, desde un lugar que él considera que es seguro, que en esa habitación no hay peligro. No hay dos gatos iguales, cada uno tiene su ritmo. Los hay que en un día ya estarán adaptados y los hay que necesitan más tiempo.

Si ves que tu minino está muy asustado, que no quiere salir de debajo de la cama o se ha metido en un rincón, hay algunas cosas más que puedes hacer para ayudarle: No gritar al hablar, ni dar palmadas, no es un perro, a los gatos no les gustan, sobre todo cuando no te conocen. Procura hablar con voz suave, no hagas demasiado ruido al caminar (las mías casi se suben a la lámpara del techo al segundo día, que entré en la habitación con tacones), pero tampoco hace falta que haya silencio sepulcral, a ver si me entendéis. 

Cuando estés con él en la habitación, siéntate en el suelo, las nuestras se acercaban cuando lo hacíamos, y cuando nos poníamos de pie, se alejaban. Es como que les intimida nuestra altura. Hay que procurar no caminar directamente hacia ellos, haz un semicírculo (eso lo hacen también entre ellos). 

Lo mejor: ponte a leer, con el ordenador, a ver la tele… no le hagas caso. Se trata de que entienda que no eres una amenaza. Todos los gatos son unos cotillas, en cuanto te pongas a hacer algo irán a ver qué haces. Y si no se acerca, no te preocupes, te estará observando, la clave con ellos es la paciencia, ya lo hará. En cuanto se de cuenta de que eres tú el que le da comida y juegos, ya verás como en unos días la cosa irá mucho mejor. 

Con Antas y Goldie tuvimos que ir muy despacio, Antas es la dominante de las dos, y Goldie, aunque es mucho más sociable, cuando veía que su hermana estaba asustada, también se asustaba. Yo cuando les ponía comida, aprovechaba para acariciarlas un poquito y les hablaba, para que se fueran acostumbrando a mi voz. Pero en cuanto me pasaba un poquito de la raya y las acariciaba de más, se iban a la otra punta de la habitación. No me cansaré de repetirlo, la clave es la paciencia, ellos te marcarán el ritmo.

Al tercer día de estar en casa, me senté en el sofá, sin mirarlas, y me puse a ver la tele. Para mi sorpresa, vino primero Goldie, y se tumbó a mi lado, y acto seguido, vino Antas y se puso al otro. Tengo que reconocer que para mí fue un momento mágico, aunque me toméis por una ñoña de la vida. No las toqué, las dejé tranquilas, y a partir de ese momento, ya empezaron a ponerse en el sofá con todos nosotros. Os voy a poner una foto del momento porque la inmortalicé, fue cuando sentí que mis gatas habían decidido adoptarme 😉

IMG_7903

En unos días, si cuando sales de la habitación, le ves interés en salir, déjale que salga a inspeccionar, pero siempre dejándole abierta la puerta de su habitación santuario, que pueda volver siempre que quiera.

Acompáñale, a estas alturas ya habrá establecido un vínculo contigo, y seguro que le sirves de apoyo para que no tenga miedo.

WhatsApp Image 2020-10-17 at 10.10.11Mis dos petardas no tenían interés ninguno en salir, creo que como la habitación en la que las pusimos es muy grande, pues no se aburrían y además estaban muy agusto. De vez en cuando aparecían por allí unos humanos muy majetes que les traían agua, comida rica, jugaban con  ellas, limpiaban el arenero, había unos ventanales muy grandes por los que miraban a los pajaritos y además, se tenían la una a la otra pues… salir de allí? para qué?? Y nosotros deseando compartir más tiempo con ellas, porque claro, tenemos vida, hay que trabajar, ir al cole… pero cuando estamos en casa, en el desayuno, la comida, por la tarde hacer deberes, merienda, cena; estamos en los dormitorios, el baño, la cocina, el patio, el salón grande para ver la tele por la noche en el sofá con la mantita… y ellas que no bajaban ni a tiros. La puerta de la salita (su habitación santuario) abierta de par en par, las llamábamos para que bajasen, les enseñábamos los juguetes, comida rica… NADA.

Tardaron más de una semana en bajar a la planta de los dormitorios, poniéndoles los cuencos de comida a mitad de la escalera, tentándolas con chuches, con juegos… pero al final lo conseguimos… y vaya si lo conseguimos! Ahora se pasan el día de arriba a abajo, inspeccionando todos los rincones de la casa, hasta dentro de los armarios se meten como me despiste.

 Así que ya sabéis, si vais a tener un nuevo miembro felino en la familia, o acaba de llegar, PACIENCIA, por muchas ganas que tengas de achucharlo, respeta su ritmo, ya te llegará ese momento en el que conectes con él, créeme. Y tú, que ya has pasado por todo esto, estás de acuerdo? Tienes algún truco que utilizaste que quieras compartir para ayudar a otros? Sígueme, y si te ha gustado, dale al «me gusta» para hacérmelo saber.

Deja una respuesta

Por favor, inicia sesión con uno de estos métodos para publicar tu comentario:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s